¿Jugamos a
formar grupos de 10 elementos?
Carmen Rosa Berdugo de Vargas. Bogotá. Colombia.
Carmen Rosa Berdugo de Vargas. Bogotá. Colombia.
IBERCIENCIA Comunidad de Educadores para
la Cultura Científica.
“El juego y la belleza están en el origen de una gran parte
de la matemática. Si los matemáticos de todos los tiempos se la han pasado
tan bien jugando y han disfrutado tanto contemplando
su juego y su ciencia, ¿por qué no tratar de aprender la matemática a través
del juego y de la belleza?”
Miguel
de Guzmán
En clase de matemática y teniendo en cuenta distintas conjeturas
–juicios que se hacen sobre algo que se presume verdadero pero que no se ha
podido afirmar ni refutar- respecto al aprendizaje de la matemática en la
escuela y al juego como estrategia metodológica, le pregunté a un grupo de 40 niños y niñas de tercero
primaria del colegio República de Colombia, con edades comprendidas entre 8 y
10 años, si querían jugar a formar grupos de 10 elementos.
El ejercicio lo propuse al iniciar este año escolar,
después de desarrollar la temática de conjuntos y de escuchar que a algunos de los
estudiantes les gustan las matemáticas
porque el maestro del año pasado les había dicho que eran como jueguitos.
Para comenzar, les dije que íbamos a jugar con lentejas y 3 casillas a
formar grupos de 10 elementos. Para esto, dibujamos las 3 casillas en el tablero
y en el cuaderno de cada uno; luego ubicaban un pequeño montón de elementos
(lentejas) en su cuaderno y en la primera casilla de la derecha; del montón tomaban
10 que las colocaban en la palma de la mano; estas 10 lentejas nombraban una
delegada que la ubicaban en la segunda
casilla hacia la izquierda, y las lentejas que les quedaban en la mano
salían del juego; así continuaban formando grupos de 10 hasta que quedaran
menos de 10 en la primera casilla, y entonces las dejaban ahí. Luego iban a la
segunda casilla, y si había más de 10 lentejas
delegadas volvían a jugar a formar
grupos de 10 y (cada grupo de 10 nombraba su delegada que la ubicaban en la
tercera casilla hacia la izquierda y las demás salían del juego), hasta que
quedara menos de 10 delegadas en la segunda casilla; entonces el juego terminaba escribiendo en
cada casilla el número correspondiente a la cantidad de lentejas que
había quedado en cada una.
Los objetivos propuestos para la actividad fueron:
·
Seguir
reglas como en cualquier juego.
·
Repetir
mentalmente el paso a paso del juego.
·
Expresar
oralmente la secuencia de acciones
realizadas.
·
Escribir
en orden el proceso desarrollado.
·
Dibujar
el resultado del juego.
Aunque el juego pareció sencillo, se volvió complejo para
los niños y las niñas cuando les pedí verbalizar la secuencia de acciones
realizadas, y aún más al momento de escribir en el cuaderno lo que habían hecho y de dibujar el resultado
del juego; por eso fue necesario jugar
varios días para que más
estudiantes comprendieran el paso a paso del proceso desarrollado.
Teniendo en cuenta que la intencionalidad del ejercicio era
utilizar el juego de hacer grupos de 10 como un paso a paso hacia la
comprensión del concepto de “notación
posicional”, se pueden señalar algunas conclusiones:
·
La
evidencia de experiencias previas relacionadas con el uso del ábaco porque los niños y las niñas fueron
llevándolos a la clase sin haberlos solicitado.
·
La
relación con los términos “unidades, decenas y centenas” sin que durante el
juego se hubiesen usado.
·
La
alta dificultad para expresar oralmente y de manera secuencial lo que se hizo como
juego. Aunque a los niños les gustó
jugar, se les dificultó decir la secuencia y escribirla.
·
Con
la utilizando de los términos “unidades, decenas y centenas” que trajeron al
caso, cuando se preguntó por el valor de los números de cada columna “valor
posicional” fue notable un “error de comprensión”, por ejemplo, al decirles:
o Cuántas unidades utilizamos para jugar a
formar grupos de 10 según la tabla de resultados contestan que 6 en lugar de
126.
o Lo mismo con las “decenas”, 2 en
lugar de 12.
Lo que me queda claro como licenciada en Biología y con
experiencia en secundaria es que a través del juego como estrategia
metodológica, es posible que maestros y maestras no especializados en el campo
de la matemática que hemos decidido orientar
procesos aprendizaje en los primeros grados de educación primaria con
sentido, busquemos y encontremos en el
juego, rutas que contribuyan con el desarrollo de pensamiento lógico matemático
de los niños y las niñas.
Para terminar quiero
destacar que esta iniciativa es producto del proceso de formación (2015) con el Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico IDEP de
Bogotá, durante la conformación del nodo Pensamiento Científico –
matemático de IDEP Red http://idepred.unicafam.edu.co/ con la orientación de la
profesora de matemática Marina Ortiz
Legarda.